ENTREVISTA A TATIANA SIVILOVA






Hija de Andrei Sivilov, sacerdote ortodoxo, y de Bárbara Kaluguina, Tatiana nació el 21 de enero de 1924 en Ishin, provincia de Omsk, ubicada en la región de Siberia. Algunos años atrás, en 1917, se había producido la Revolución Rusa. Los bolcheviques, dirigidos por Lenin, habían llegado al poder tras derrocar al zar Nicolás II, instaurando el régimen comunista, y su dominación se había ido extendiendo progresivamente por todo el territorio ruso. Cuando Tatiana tenía 7 años, los comunistas invadieron su casa, y obligaron a su familia (compuesta por sus padres y dos hermanas mayores) a abandonar la propiedad en las siguientes 24 horas, para que sea entregada al gobierno. Su padre fue arrestado, y junto a una gran cantidad de presos políticos, fue trasladado a una población al norte de Ishin, a 300 kilómetros, donde fue asesinado tiempo después. A esa misma población llegó Tatiana, con su madre y una de sus hermanas (la otra hermana se había ido a vivir a otro lugar), y vivió allí hasta su adolescencia.
A punto de terminar sus estudios secundarios, Tatiana y su familia fueron rescatadas del lugar donde se encontraban por un cuñado que era militar. Con él viajaron hasta una ciudad cerca del límite con Ucrania, donde había estado viviendo su otra hermana (habían estado 10 años sin verse). Ese nuevo lugar era otro mundo, donde la vida era mejor y el régimen era diferente, menos estricto. Pero la felicidad de ese cambio de aire duró apenas dos meses, porque la Segunda Guerra había comenzado y Hitler estaba desplegando sus tropas sobre Rusia. Tatiana fue separada de su familia y de su tierra. Pasó muchos años sola, sobreviviendo en los campos de concentración, con la angustia de las bombas y de la muerte a su alrededor.
En 1946, Tatiana contrajo matrimonio con Miguel Krupnjakow y al año siguiente nació la primera de sus hijas, llamada Larisa, en Austria. Ese país ya no quería refugiados de guerra, así que le dio a Tatiana la opción de elegir entre varios países donde emigrar. Eligió Argentina.
Llegó a San Nicolás, y mientras comenzaba a construir su actual casa en San Nicolás, tuvo otra hija, y luego otra más.
Pasaban los años y Tatiana tenía la ilusión de volver a comunicarse con su madre. Habían pasado cuarenta años sin saber de ella. Por una carta que le llevó un desconocido para que traduzca, proveniente de Rusia, de un pueblo cercano a la ciudad donde había dejado a su madre, logró descubrir que ella seguía con vida. Era 1984, y su madre tenía 103 años. Así pudo hacerle saber a su madre que estaba viva, que había formado una familia y que no había desaparecido en un bombardeo en Berlín, como le habían informado.
En 1996, Tatiana pudo viajar a Rusia. Su madre ya no estaba con vida, pero pudo visitar su tumba. En ese viaje, volvió a ver a su hermana y conoció a sus sobrinos y sus familias. Pero su vida ya estaba en Argentina, y los dos meses que permaneció en Rusia se hicieron largos, y añoraba volver, donde la esperaban sus hijas, sus nietos y bisnietos, que son todos argentinos.

Rosario, Pcia. de Santa Fe, Argentina, 03 de Septiembre de 2003
Editado por Grupo Morfeo.

2 comentarios:

Arte Joe dijo...

Otra apasionante historia como tantas otras de inmigrantes en la Argentina. Tengo entendido que Tatiana ya no está en San Nicolás, una hermana la llevó a vivir a Santiago del Estero con ella. Saludos, José

Unknown dijo...

Hola Tatiana es mi bisabuela. Aun vive en sanSanti del estero tiene 94 años

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